Chile es un país que ha aprendido a convivir con la fuerza transformadora de la naturaleza. Nuestra geografía, situada en el llamado «Cinturón de Fuego del Pacífico», nos convierte en testigos privilegiados de la magnificencia y el poder de fenómenos de origen natural los que han marcado profundamente nuestra historia nacional. Es por esta razón que cada 22 de mayo conmemoramos una fecha que trasciende el simple recuerdo: el Día Nacional de la Memoria y Educación sobre Desastres Socio-naturales.
El Origen de una Fecha Emblemática
Esta importante conmemoración fue establecida oficialmente mediante la Ley 21.454, promulgada el 2 de junio de 2022, tras una iniciativa parlamentaria que buscaba dar respuesta a una deuda histórica del país en materia de memoria y educación sobre desastres. La elección del 22 de mayo no es casual: esta fecha conmemora específicamente el terremoto de Valdivia de 1960, el sismo de mayor magnitud registrado en la historia de la humanidad, con una magnitud de 9,5 grados que cambió para siempre no solo la geografía del sur de Chile, sino también nuestra comprensión sobre la convivencia con los fenómenos naturales.
El terremoto de Valdivia dejó a más de 2 millones de damnificados y se estima que perdieron la vida entre 1.600 y 2.000 personas, convirtiendo este evento en un hito que marcó un antes y un después en la historia nacional. La magnitud de esta tragedia sirvió como catalizador para repensar la forma en que Chile enfrenta los desastres que tienen su origen en la naturaleza, transitando desde un enfoque reactivo hacia uno preventivo. Bajando el nivel de vulnerabilidad y exposición de su población.
El Marco Legal
La Ley 21.454 no solo establece una fecha conmemorativa, sino que define un marco de acción concreto para fortalecer la cultura de prevención en todo el territorio nacional. La norma instruye al Estado a promover actividades educativas, científicas, artísticas, de enseñanza y difusión para la prevención y reducción de los efectos de los desastres en el país.
Entre sus disposiciones más significativas se encuentra la obligación de que todos los establecimientos educacionales, públicos y privados, realicen un minuto de silencio a las 15:11 horas del 22 de mayo de cada año, para recordar el momento exacto del terremoto de Valdivia ocurrido en 1960. Este momento de reflexión busca generar un espacio de conciencia colectiva sobre los desastres socio-naturales que han afectado a nuestro país.
La Evolución de la Gestión de Riesgos en Chile
Después del terremoto de 2010, Chile pasó del manejo de la emergencia a la gestión del riesgo con un enfoque preventivo, transformación que ha sido fundamental para desarrollar capacidades más robustas de preparación y respuesta. Este cambio paradigmático se consolidó con la creación del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED), que reemplazó a la antigua ONEMI, marcando una nueva era en la gestión integral del riesgo.
La Importancia de la Memoria Colectiva en la Prevención
La memoria no es solo un ejercicio de nostalgia, sino una herramienta fundamental para la construcción de sociedades más resilientes. Los desastres socio-naturales nos han enseñado que la vulnerabilidad no es únicamente consecuencia de la naturaleza, sino también resultado de nuestras decisiones como sociedad: dónde y cómo construimos, cómo planificamos nuestras ciudades, qué tan preparadas están nuestras instituciones y cuán informada se encuentra nuestra población.
Cada evento catastrófico ha dejado lecciones valiosas que han contribuido al desarrollo de mejores prácticas en construcción, planificación urbana, sistemas de alerta temprana y protocolos de emergencia. El terremoto de Valdivia de 1960, el de Algarrobo de 1985, el del Maule de 2010, y más recientemente, los incendios forestales que han afectado diversas regiones del país, han sido oportunidades de aprendizaje que han fortalecido nuestra capacidad de respuesta y adaptación.
Educación: El Pilar Fundamental de la Prevención
La ley establece que el Estado debe estimular la inclusión en los planes de estudio y en la planificación del año escolar de actividades curriculares y extracurriculares, con el fin de enfatizar la historia de los desastres naturales en el país y las medidas para prevenir y mitigar sus efectos.
La educación en gestión de riesgos debe ser parte integral de nuestra cultura nacional. Conocer los peligros específicos de nuestro territorio, entender las señales de alerta temprana, saber cómo actuar durante una emergencia y tener planes familiares y comunitarios de evacuación pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Es fundamental que desde temprana edad, niños y niñas comprendan que vivir en Chile implica convivir con fenómenos naturales y que esta convivencia requiere preparación, conocimiento y respeto.
Un Llamado a la Acción Colectiva
La Gestión del Riesgo de desastres no es responsabilidad exclusiva del Estado o de las instituciones especializadas. Cada ciudadano, familia, empresa e institución tiene un rol fundamental en la construcción de comunidades más resilientes. Desde tener un kit de emergencia actualizado en casa hasta implementar planes de continuidad operacional en las empresas, todos podemos contribuir a reducir los riesgos y minimizar los impactos.
Las empresas pueden fortalecer sus protocolos de emergencia y desarrollar planes de continuidad del negocio que consideren diversos escenarios de riesgo. Las instituciones educativas pueden incorporar de manera transversal la gestión de riesgos en sus currículos, no solo como contenido académico sino como práctica cotidiana. Las familias pueden desarrollar planes de emergencia adaptados a su realidad local, considerando las características específicas de su territorio y las amenazas más probables.
La Construcción de la Resiliencia
La resiliencia no se construye de la noche a la mañana, sino que es el resultado de pequeñas acciones cotidianas que, sumadas en el tiempo, generan grandes transformaciones. Se trata de desarrollar la capacidad de adaptación, aprendizaje y recuperación frente a las adversidades, manteniendo siempre la esperanza y la determinación de salir adelante.
En este Día Nacional de la Memoria y Educación sobre Desastres Socio-naturales, hacemos un llamado a toda la comunidad nacional a asumir un compromiso activo con la preparación y la prevención. El recuerdo de quienes perdimos en eventos pasados debe servir como motor para construir un futuro más seguro y resiliente.
Una Invitación a la Preparación
La conmemoración de esta fecha especial debe traducirse en acciones concretas que fortalezcan nuestra capacidad de respuesta y adaptación. Te invitamos a ser parte activa de esta transformación hacia una sociedad más preparada y resiliente.
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Juntos podemos honrar la memoria de quienes nos precedieron construyendo un Chile más seguro, más preparado y más resiliente para las generaciones presentes y futuras. La prevención es responsabilidad de todos, y cada acción cuenta en la construcción de comunidades más fuertes frente a los desafíos que nos presenta nuestro territorio.